
Aletean todas juntas. Vuelan de izquierda a derecha como si bailaran al son de una melodia de magia. Ellas todas bailan con sus alas de colores translucentes llenando el cielo con destellos.
Aletean felices. Libres. Sueltas. Sin rumbo. Y es así que evitan el dolor de posarse en una flor que las rechace y las haga sentir mal.
Vuelan, aletean, tropiezan unas con las otras. Y aun asi, no importa. Solo se ajustan y vuelven al cielo a volar, para tropezar de nuevo.
Calma. Se siente calma. Se siente paz.




